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Mira lo que le pasó a Carlos

(y así te contamos un poco de lo que hacemos)

¡Este año la rompemos! – decía Carlos, en la primera reunión del nuevo año 2023. 

 

Era el encargado de marketing para una marca de artículos de oficina, y habían cerrado un 2022 bien regular en sus ventas.

 

Desde la pandemia Covid que la situación en la empresa estuvo entre compleja y floja, así que terminar esa racha no era solo el sueño de quien está comprometido con la empresa. Era necesario: el 2023 iba a ser un año crítico.

 

Por eso, el «borrador» que hizo de su plan de marketing, y que finalmente entregaría en la próxima reunión, había dejado el ánimo bien arriba.

 

Este año empezamos a recuperar -. Decía su jefe mirando a Carlos, y este le devolvía la mirada sonriendo y levantando los dos pulgares.

 

De esa reunión, ya habían pasado casi 7 meses.

 

Carlos la recordaba mientras se mojaba la cara en el baño.

Se mira al espejo, respira profundo, y cierra los ojos que desde la mañana le dolían dentro de las cuencas. 

Anoche durmió apenas un par de horas y no fue por ver televisión…

 

Las ventas del Q1 apenas cubrieron el presupuesto, y en el Q2 casi caen al subterráneo. 

Lo peor de todo es que Carlos no sabía explicar por qué no conseguían resultados. 

No tenía métricas.  

Solo se apoyaba en las ventas. 

Este año empezamos a recuperar -. Decía su jefe mirando a Carlos, y este le devolvía la mirada sonriendo y levantando los dos pulgares.

Cuando las ventas van bien, por si solas, confirman la calidad del plan (“que buen trabajo hicimos, que vengan los aplausos”). 

Pero cuando las ventas van mal, por si solas, no explican nada. 

Y si no consigues métricas, es bien difícil saber dónde y cómo intervenir.

 

Así, el plan de marketing de Carlos estaba dando palos de ciego. 

Una nueva campaña recién lanzada el tercer trimestre estaba convirtiendo… pero bien distinto de cómo se necesitaba.

 

– Llegamos a cerrar Q3 en rojo, y esto se va a poner feo – se decía a sí mismo. 

Camina a su escritorio con pocas ganas de mirar su computador. 

Abre su correo, y en la columna ‘Asunto’ un mensaje de su jefe: “Carlos, pasa a mi oficina antes de irte». 

Y ahí la vuelve a sentir. Esa punzada breve, pero aguda en la sien derecha. 

Es que no ver resultados es solo una parte del problema. La otra parte es la presión. 

La presión no se va cuando apagas el computador. 

“Carlos, pasa a mi oficina antes de irte». 

Y ahí la vuelve a sentir. Esa punzada breve, pero aguda en la sien derecha. 

Se va contigo a tu casa. 

Mira la televisión contigo. 

Va al supermercado el sábado contigo. 

Y te acompaña a comer en el almuerzo del domingo. 

 

La presión no se va. 

Y a la muy p$%&a le gusta comerse tus ideas y dejarte medio ciego.

  

– ¡¿Qué cresta más hago?! – era la pregunta que se hacía Carlos anoche. 

Camino al trabajo tratando de responderla, repasa una idea que se le cruzó hace casi un mes. 

No sabe ni siquiera como usarla, y aunque le suena ajena, no deja de hacerle sentido. 

Llega a su oficina, y la idea lo convence. 

– Listo, eso voy a hacer, y así vamos a salir del entuerto. Ojalá mi jefe compre la idea. 

Ya es lunes.  

La reunión ya va a empezar. 

Si estás como Carlos, un consejo: la solución solo sirve si la recibes de manera oportuna… 

Y la solución es información. Certera, precisa, y masticada.

 

Sobre todo, muy masticada, para que sea una guía en tus decisiones. 

Porque cuando ya sabes qué hacer, y te acompañan a entender tu mapa de ruta, el norte está fijado.

 

El resto es hacer los controles, y volver a la calma.  

No más punzadas en la cabeza, ni acidez estomacal, ni sudores fríos.  

Duermes tus 8 horas de un tirón y tu computador, el correo y tú, vuelven a ser amigos. 

También vuelves a encontrar el sabor en el almuerzo del domingo, mientras te ríes con ganas de tus propios chistes. 

Y bueno, eso hacemos… construimos una guía y te acompañamos para ayudarte a salir del problema.

¿Quiénes somos?

Somos gente apasionada por el research y el planning, que producimos datos, e interpretamos señales.  

Nos gusta lo que hacemos, especialmente cuando los datos cuentan historias. 

Un producto sin historia es una mercancía. Un producto con historia es una marca.

Michael Margolis. 

Nosotros creemos en las marcas.

 

Porque cuando las marcas resuenan, son poderosas y transforman vidas.

 

Y sabemos cómo ayudar a que las marcas resuenen.

 

Porque si resuenan venden, y nuestro negocio de ayudar a vender.  

Investigamos para ayudar a vender.

Planificamos para ayudar a vender.

Por eso existimos.

Somos ECO

Y hacemos research y planning para que tu marca resuene.

Lo que es importante para nosotros

Hacerlo Simple y Fácil

Lo simple es increíblemente poderoso.

Para quien no tiene el hábito, las ganas, ni se maneja con la jerga del especialista, tratar con datos suele ser confuso y hasta molesto.

Gráficos, tablas, análisis, etc.  los traduciremos para que lo entienda hasta un niño, y así te enfoques en lo que debes: vender más y mejor, tu producto o servicio.

Competitividad y Diferencia

Competir es fascinante, y si eres deportista o lo fuiste, entenderás de qué estamos hablando.

Nuestro compromiso es a que destaques.

No solo porque te entregaremos una solución que ayudará resolver un problema, sino porque también te permitirá crecer y diferenciarte.

Hacer que Funcione

Estamos en el negocio de las ventas y lo que no funciona, no sirve.

Esto es de verdad crítico. Un estudio sin planning no sirve para nada.

Cada resultado que entreguemos, estará pensando para que se entienda, pero sobre todo, para que sirva.

Eso es una estrategia accionable; una cadena de acciones para ayudarte a alcanzar tu objetivo.

¿Estás a cargo del marketing y no ves resultados?

Agenda tu reunión aquí. Hablemos 15-30 minutos. Sin compromiso, pero con claridad.

No te olvides que dormir bien también es parte del plan.

PD: Si no estás seguro de si necesitas una investigación, si tienes dudas de la frescura de la información que usas, o si crees que hay poca precisión y certeza en los datos sobre los que te apoyas para tomar decisiones, te recomendamos que consideres a cualquiera de estas razones para tener una conversación.

Es mejor una reunión de 30 minutos que 6 meses de decisiones sin rumbo.

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